14 feb 2011

¿Quieres despertarte? Afloja los tornillos del somier.

Y así, ocupándome los fines de semana entre viajes y visitas, el tiempo parece que vuela.

El viernes, 4 de febrero, según acabé las clases, me fui directamente a Düsseldorf, a la estación de autobuses. Llegué con bastante tiempo, y estuve echando un vistazo en la librería de la estación de tren. Y de ahí, a esperar al autobús. Llegó bastante puntual, aunque nos retrasamos un poco para salir, creo que tenían un problema con una de las alarmas del autobús. Pero bueno, tampoco fue gran cosa, y no tardamos en salir. Y, por primera vez, nos pusieron un par de películas en el bus. Una de Jackie Chan y otra de Macaulay Culkin. Una maravilla, vamos. Una vez en Amberes, en casa de Jun, me encontré con un gato tres veces más grande de lo que recordaba. Esa noche, después de cenar, se vinieron Karin y Fenny a tomar una cerveza. Nos reímos un montón, viendo vídeos en youtube y haciendo el payaso. Un rato más tarde, Karin se fue a su casa, y nosotras tres nos fuimos a tomar otra cerveza a un bar cerca de la casa de Juncal.
El resto de días, fueron tranquilitos. Eso sí, tengo que mencionar el alioli tan rico que me marqué el sábado, y el cocido que tomé el domingo, después de tanto tiempo. Y lo mucho que nos reímos el domingo en el Salamander, cantando canciones antiguas a voz en grito.
Por lo demás, la semana en el colegio ha sido muy tranquila. Del 7 al 18 de febrero no hay clase en la 11., ya que están haciendo prácticas. Por otra parte, el viernes les daban las notas a los de la 12. y no se trabajó demasiado en la clase. De hecho, en uno de los grupos, estuvieron viendo una película. La verdad es que me volvió a sorprender ver que la veían en alemán (de hecho, es una película alemana), pero me comentó la profesora que el gran problema es encontrar películas en español, y encima, que tengan subtítulos.
El jueves por la tarde, me fui al aeropuerto a recoger a Isy. Bueno, a Isy, mi iPod, un par de camisetas, varias latas de atún... Artículos de primera necesidad, vaya. Por la noche, nos fuimos a cenar al centro, y luego tranquilamente a casa.
Lo gracioso fue el susto que me llevé la madrugada del viernes al sábado. Resulta que mi cama viene en dos partes. Tres, si contamos el colchón. Por un lado, la base de la cama, y por otro el somier. Y el somier tiene, además de las lamas, una madera transversal, que une los dos laterales. Y se ve que el tornillo que la sujeta se había aflojado. Bueno, se ve no. A eso de las tres de la mañana, de repente, se soltaron varias de las lamas del somier. Es muy bonito despertarse con el ruido de la madera cayendo sobre el tendedero que está debajo de la cama. Y es muy bonito intentar arreglarlo y que, al ir a mover la cama, esta se desmonte. Así que al día siguiente nos tocó ir de excursión para buscar unas llaves Allen, y poder apretar el tornillo. Por aquello de poder dormir tranquilamente, vamos. Y, por si fuera poco, también compramos superglue. A ver si ahora se mueve.
Y entre eso, y mi ordenador, hemos tenido un fin de semana de arreglos. Mi padre me comentó que todos los problemas que me estaba dando mi portátil podían ser por un virus. Yo no lo tenía muy claro, pero bueno, nos pusimos a pasar el antivirus. Además de poner el disco duro antiguo, por si el nuevo pudiera ser parte de la causa de los problemas. Eso sí, también fue un bonito detalle cuando nos despertamos a cuenta del somier, y vimos que el ordenador se había quedado bloqueado a los pocos minutos de habernos dormido. Pero bueno, al final, terminó de pasarse el antivirus. Y encontró varios virus (para quien le pueda interesar, de los que se ve que son graciosos y se esconden entre los archivos de sistema, en win32 y todo eso). Y se ve que ese iba a ser el problema, ya que, desde entonces, no solamente el ordenador ha ido mucho mejor, si no que encima, me ha vuelto a funcionar la webcam.
Y bueno, hoy he ido por la mañana a acompañar a Isy al aeropuerto, y al volver a casa, he comido, me estoy tomando un té, y ahora me iré al super a comprar un par de cosas. Y me da una pereza horrible, pero o eso, o no como. Así que creo que ahora, cuando me termine el té, me acercaré al super.



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