13 mar 2011

Crónica de un Campamento de Refugiados

Después de un muy buen fin de semana de carnaval, el lunes nos fuimos a ver los desfiles del Rosenmontag a Colonia. Me pareció muy divertido ver a tantísima gente disfrazada y en la calle. Y me pareció muy sorprendente ver que, en lugar de tirar caramelos, como en cualquier desfile o cabalgata de este estilo en España, aquí tiraban tabletas de chocolate, cajas de bombones... un poco de todo. Vamos, que cada vez que se acercaba algo volando a la zona en la que estaba yo, me debatía entre estirar la mano o agacharme y cubrirme la cabeza. Pero todas conseguimos llevarnos bastantes cosas (que todavía ni he tocado), pese a alguna persona famélica que casi hasta habría pegado por una bolsita de gominolas.
El resto de la semana, hasta el jueves, ha sido relativamente tranquila. Y el jueves, se inició oficialmente el Campamento de Refugiados. O, dicho de otra forma, como arreglarnos para habitar cuatro personas una habitación de 12 metros cuadrados. La solución más básica ha sido pasar mucho tiempo fuera de casa.
El jueves por la tarde nos fuimos a Dortmund a dar una vuelta tranquilamente. Y entonces, Laura descubrió el maravilloso DM (una cadena de droguerías, del estilo del Bodybell, que hay aquí en Alemania -y creo que Austria- y que son una maravilla por la calidad y el precio). Después, nos tomamos una cerveza y nos volvimos a Bochum a cenar.
El viernes en el colegio bastante normal. Eso sí, me reí muchísimo cuando, a última hora, uno de los alumnos le pidió permiso a la profesora para salir 5 minutos antes de clase, porque tenía que coger el tren, y antes de que la profesora pudiera contestar, dijo que "Inés también tiene que cogerlo". Bueno, le agradezco el detalle, me hizo llegar a casa media hora antes de lo previsto... y reírme durante un buen rato. Después, una vez dejé las cosas en casa, nos fuimos a Düsseldorf. No pudimos ver gran cosa, ya que todavía anochece demasiado temprano... Pero bueno, nos lo pasamos muy bien, que es lo importante. Además, descubrimos una cervecería estupenda. Por la noche, al llegar a casa, estuvimos viendo un montón de videos en Internet, algunos de ellos geniales, como el de los Huevocartoons preparando la cena de Navidad
El viernes, cuando conseguimos levantarnos, nos fuimos a Colonia. Hizo un día estupendo, así que lo pudimos aprovechar bastante, viendo la catedral, la Altstadt... Al menos yo llegué a casa molida, aunque nada que no solucione una ducha. Después de cenar, nos bajamos al centro, a tomar algo y que pudieran ver el ambiente nocturno de la ciudad.
Y nada, hoy ya se ha levantado definitivamente el campamento de refugiados... y ahora mi habitación me parece enorme y me aburro... Pero qué le vamos a hacer.
¡Gracias por la visita, pavito pavito pavito!

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