22 mar 2011

Primavera futbolera y mocosa.

Esta semana la ha marcado el catarro. Uno de esos catarros épicos, que marcan época. Hoy parece que estoy bastante mejor, así que toquemos madera, y a ver si termino de recuperarme ya. Debido a este catarro, no he hecho gran cosa durante la semana. No he tenido fiebre, ni nada, pero los antigripales producen somnolencia, y eso sí lo he notado.
En cualquier caso, el jueves fue San Patricio, y salimos a tomar algo. Miriam, Nidia, Sandra y yo intentamos ir al Paddy's, el bar irlandés de Bochum. Nuestra sorpresa fue que no nos iban a dejar entrar, ya que había un concierto y el bar ya estaba lleno. Pero en la residencia en la que viven Irene y Sandra hacían una pequeña fiesta de Saint Patrick, así que nos fuimos allí. Y es la primera (y espero que última) vez que me bebo una Guinness de la botella. Paso porque no me pongan vaso de pinta. Paso porque no me pongan vaso de cristal. Incluso paso porque no me pongan demasiada espuma. Pero ¿una Guinness de la botella? ¡Pierde toda la gracia! (más todavía si no está suficientemente fría). Pero en fin. Es una Guinness.
El viernes por la noche, Sandra y yo nos fuimos a cenar a casa de Carlota. En principio, habíamos pensado en ver una película, pero entre unas cosas y otras, y sobre todo, la indecisión, al final, estuvimos trasteando con el youtube, y nos fuimos a casa. Pero la verdad es que nos reímos un montón.
Luego, el domingo, aprovechando el día tan fantástico que hacía, nos bajamos al centro a dar una vuelta. Puede sonar un poco raro, pero fuimos al cementerio municipal. Aquí la aclaración. La foto de la derecha la tomé en el cementerio. Con esto quiero decir, en Alemania, los cementerios son parques. Y están totalmente abiertos, como cualquier otro parque. Las tumbas suelen estar rodeadas de árboles o plantas, y poco más. La gente va a pasear. La verdad es que es un modelo totalmente distinto al español, y me gustó casi más. Si bien es cierto que la inmensa mayoría de personas que había enterradas en este cementerio llevan enterradas entre un siglo y un siglo y medio, y  puede que los cementerios más modernos se parezcan más a los nuestros. Aunque he de decir que, los que he visto, no se parecen demasiado a los nuestros. Tal vez Alemania conserve todavía algo del Romanticismo.
En fin, prosigo. Después de este paseo, nos fuimos a tomar algo. a Sandra se le había antojado un helado, así que a por un helado fuimos. Lo mejor para el resfriado. Pero la verdad es que me sentó de maravilla.
Y ayer, lunes 21, empezó la primavera. Como en los últimos días, el tiempo fue bastante bueno, y estuvo bastante despejado. Como ahora, que no parece soplas nada de viento, y el termómetro me dice que estamos a 14º, sin una sola nube. Parece mentira que, por fin, haya terminado el invierno. Vale, siendo sinceros y justos, el invierno ha sido bastante suave. Mucho más de lo que nos esperábamos sin duda alguna. Tuvimos unos días horribles, pero horribles, de volver a casa y que se busquen la vida en los colegios, a finales de noviembre y en diciembre. Y yo volví muerta de miedo en enero, porque se suponía que todavía quedaba lo peor. El invierno, vamos, que hasta ahora, solamente habíamos vivido el otoño. Y ya, la primera sorpresa fue bajarme del avión el 9 de enero y estar a 12º. La segunda sorpresa fue no ver apenas nieve en las calles. Yo pensaba solamente en que, según pasara el tiempo, las probabilidades de que la situación volviera a ponerse tan fea como antes de Navidad, disminuían. Y la verdad es que, salvo un día, que nevó un ratito... creo que no ha vuelto a nevar. Y las temperaturas se han mantenido, en general, por encima de los 0º. Por supuesto, de día. Hay mucha diferencia cuando se va el Sol. Pero el caso, que ha terminado el invierno, por fin. Que ha empezado la primavera, y ha salido un Sol enorme, que empieza a calentar. Y que yo estoy divagando en vez de contar lo que hice ayer.
Por la mañana me fui a la Universidad con Sandra. Primero, a que ella imprimiera unas cuantas cosas. Después, por la tarde, decidimos ir al partido del Bochum, que se jugaba más tarde. Y a comprar un par de paquetes de pipas. No hay fútbol en estadio sin pipas. Y allí que nos fuimos, Nidia, Sandra y yo, a animar a los del VFL Bochum. No os voy a resumir el partido, solamente diré que ganó el VFL Bochum, y que esta temporada no pinta nada mal para volver a la Primera División.
Eso sí, volver al estado me ha dado ganas de ir mucho más, que hacía un montón que no iba, y se echa de menos.
Y poco más que contar hasta ahora. Nos vemos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario