20 dic 2010

Tazas de Glühwein y mis habitantes.

Bueno, bueno, bueno... Me propuse actualizar, de nuevo, más a diario, y me pongo hoy a ello.
El domingo, 19 de diciembre, invité a casa a comer a Sandra y a Miriam (aunque por un pequeño error comunicativo, solamente vino Sandra). Tenía ganas de hacer lentejas, y me pareció un día muy apropiado. La verdad es que me quedaron de vicio. Vamos, que no tienen absolutamente nada que envidiar a las que prepara mi madre. No en vano, la receta es la suya. Cualquier día me animo y las hago en casa. Después de comer, nos tomamos un café tranquilamente, y bajamos al centro, para tomarnos un Glühwein y despedirnos un poco. Al final, me llevé una de las tazas. Ojo, que no es robar. Cuando pides un Glühwein tienes que pagar, además del Glühwein, dos euros por la taza, que cuando la devuelves, te los dan. Pero a mí me hacía ilusión quedarme una taza. En concreto, es una como la que he puesto en la entrada. Después, nos compramos algo para cenar, y nos subimos a tomarlo a casa de Miriam.
Y hoy, he vuelto a bajar al centro, esta vez con Marta, a ver si dejaba solucionado, o medio solucionado, el tema de los regalos de Navidad. Cosa que, por fin, básicamente he conseguido. Todavía me falta algún detallito, pero nada preocupante. Después de comprar, nos hemos ido a tomar un café y a charlar un rato. Y básicamente, eso ha sido todo. Ahora me queda preparar la lista de la compra, para mañana. No tengo que comprar gran cosa, pero también quiero dejar algo en la nevera (para que no me quiten el hueco!). Uno de los chicos de mi planta se ha mudado, y he aprovechado para quedarme con su balda. En concreto, el chino al que yo llamo "Feliz", porque siempre está sonriendo.
Creo que nunca os he hablado de mis compañeros de planta... En realidad, todavía no conozco a todos los que hay... de hecho, al que está en la habitación de al lado, no le he visto nunca. Sé que existe, porque a veces le oigo abrir la puerta... Inquietante. Pero os hablaré de los que conozco, con los motes (no sé sus nombres xD).
1.- Guarrete. Guarrete es un turco. Siempre que le veo, está con uno o dos amigos suyos. De hecho, casi siempre cocina uno de sus amigos, y limpia después. Parece un muchacho poco apañado. Son muy madridistas los tres, siempre sé si marca el Madrid por sus gritos. Por lo demás, Guarrete no es muy hablador, aunque sus dos amigos sí que hablan de vez en cuando.
2.- Feliz. Feliz es un chico chino, muy pequeñito y muy gracioso. Siempre sonríe y se ríe mucho. Nos ha contado que está aprendiendo ahora alemán (que por cierto, habla fatal). También nos dijo que no sabía cocinar hasta que vino aquí... un día que le vimos con un cuchillo gigantesco de cocina cortar un pollo. Temí por su mano.
3.- El hombre misterioso. Cuando le he visto, ha sido entrando o saliendo de su cuarto. Nunca cocinando. De hecho, casi no sé cómo es, porque normalmente le veo de espaldas.
4.- El hombre de la habitación de al lado. Sin comentarios.
5.- El coreano. Es la primera persona con la que hablé al mudarme. Tampoco es especialmente hablador, pero suele preguntar siempre, al menos, que qué tal.
6.- La animadora. La animadora no es animadora, pero trabaja en un estadio de fútbol. No la veo demasiado tampoco, pero cuando coincidimos en la cocina solemos hablar. Es bastante simpática.
7.- El borde. El borde creemos que es alemán. Pero siempre que va a la cocina está con los cascos puestos. Hace lo que tenga que hacer, y se va. Muchas veces ni saluda.
8.- El raro. El raro es raro de narices. Tampoco pasa a menudo por la cocina, y las veces que le he visto, llena un barreño de agua y se va a su cuarto. Poco más.
9.- Cotilla. Cotilla es una chica china, muy simpática. La he apodado cotilla porque siempre pregunta que qué estoy cocinando. Sean lentejas, pollo o café. Eso sí, verla cocinar a ella es un arte...
10.- Sumisa y Dominador. Estos son pareja. Normalmente, cocina ella y hace la cena él. Ninguno es muy hablador, pero es que prácticamente no hablan alemán. Dominador, además, no es muy sociable. Casi siempre que está en la cocina y entra otra persona, se va.

Falta una habitación... pero no sé si es que no hay nadie, o no le he visto nunca... Por lo demás, la convivencia es tranquila. Eso sí, hay alguien que tarda HORAS en ducharse, y otra persona que hace unos ruidos súper extraños en la ducha. Indescriptibles.

Y con esto, cierro el chiringuito por hoy.

1 comentario:

  1. Me encantan tus compañeros de planta!!! Me parto xD Es mejor que "Aquí no hay quien viva"

    ResponderEliminar