17 sept 2010

Historia de una beca

No recuerdo exactamente cuándo solicité la beca de "Auxiliar de Conversación". Creo recordar que en torno a Navidades. Pedí plaza en Inglaterra, Irlanda o Alemania. Las tareas de un Auxiliar son de ayuda en la enseñanza de su idioma materno. O sea, ayudo en un colegio en las clases de español.
La espera fue larga. Primero, hasta que nos dijeron si estábamos aceptados y si se nos había adjudicado plaza... y después, hasta saber dónde estábamos destinados. En mi caso, me dieron plaza en un instituto en Alemania. Algún tiempo después, contactaron conmigo desde el Clara-Schumann Gymansium, en un pueblo cercano a Dortmund, Holzwickede.
La verdad es que he tenido muchas dudas sobre si aceptar o no. Incluso una vez aceptada la beca. Pero el hecho de estar cerca de la zona en la que estuve de Erasmus tiraba. Así que me lancé a la piscina.
Nada más saber mi destino, me puse a buscar pisos en Dortmund. Ya sabía que es muy complicado encontrar piso estando en España... y la verdad es que sí. Hasta hoy, la mayoría de emails que he escrito, han caído en saco roto. Vamos, muchos ni siquiera me han contestado. Así que me he venido, momentáneamente, a casa de una de las profesoras del instituto, a una media hora del colegio, en un pueblo llamado Hemer.
El día antes de venir a Alemania... fue muy estresante. Me quedaban por meter 4 tonterías en la maleta, y cuando me quise dar cuenta, pesaba 4kg más de los permitidos. ¿Y ahora qué saco? Tras varios intentos, conseguimos reducir el peso. Pero no el número de bultos. Yo pensaba venir con la maleta grande, mi bolso y una maleta pequeña, de equipaje de mano. Pero no. El portatil, que ya de por sí pesa 3kg, no cabía en la maleta... así que tuve que cargar con otro bulto. Nada demasiado grave, aunque sí me supuso un poco de jaleo en el control de seguridad. Básicamente, porque iba con la maleta, y una bandeja con la chaqueta y el bolso, y otra con el portátil "fuera de la funda". Ah, sí. Y las botas encima. Y por primera vez, tras muchos vuelos, me hicieron sacar el disco duro externo y volver a pasar por el detector. Y yo con todo ahí, al final de la cinta. Empecé con mal pie, y seguí con mal pie. Pasé el control, y me dirigí a las pantallas de información. Mi vuelo salía a las 8.55, y ponía que darían "nueva información a las 9.30". Así que me di un paseo por la terminal... y cuando, a la hora de embarcar, me dio por mirar de nuevo a la pantalla, por si acaso, veo que están embarcando. Cojonudo. Lo que me habría faltado era perder el avión! Pero lo conseguí. Y me senté en mi sitio y apenas abrí los ojos hasta que aterricé en el aeropuerto internacional de Düsseldorf.
Una vez allí, y tras ayudar a un muchacho español que se iba de Erasmus a Aachen a llegar a la estación de tren, me dirigí a Holzwickede, donde me esperaba una de las profesoras del instituto para llevarme al mismo.
Y así es como llegué al Clara-Schumann.
Y de lo que ha ido pasando después, hablaré en otro momento, cuando tenga un poquito más de tiempo.
Bis dann!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario