Cafés descalzos.

La mañana de hoy, en el instituto, ha sido normalita.
Eso sí, me llama muchísimo la atención el comportamiento de algunos alumnos. En concreto, hablo ahora de los de la clase 11., o lo que sería nuestro 1º de bachillerato. Tal vez sea porque ahora lo veo desde otra perspectiva... pero me parecen muchísimo más críos que cuando yo hice bachillerato. Sobre todo, me alucina la falta de disciplina de algunos alumnos. Yo, si me hubiera comportado alguna vez como se comportan algunos alumnos a veces, me habría pasado más horas expulsada de clase que en el aula. No sé si se debe a falta de interés, o a qué... es cierto que los idiomas en el colegio nunca han sido una asignatura "fuerte"... y bueno, el español necesita bastante más esfuerzo del que las cabezas hormonadas de los chavales parecen querer hacer. Pero bueno... a ver qué tal lo llevo yo... Aunque desde luego, ya me había quedado con media clase. O le había tirado una tiza a alguno. Creo que el modelo alemán es menos autoritario que el español. De hecho, por poner un ejemplo, aquí en las clases es normal que los alumnos tengan alguna bebida en las clases, ya sea agua, zumo o algún refresco o batido. Y hasta donde yo sé, nosotros lo hacemos, si eso, en la universidad. Y el instituto está totalmente abierto. Los alumnos pueden ir y venir lo que quieran. También es verdad que los últimos cursos se asemejan al rollo universidad en España, tienen que elegir distintas asignaturas, por lo que el horario se les puede quedar con más o menos huecos... Vamos, que se me hubiera ocurrido a mí, en el colegio, ponerme a beber una cocacola en clase, o salir del colegio en horas lectivas, sin una autorización de mis padres...
Después de las clases, me he ido a Bochum, a tomarme un café con Marta.Y mientras la esperaba en la puerta, he visto a uno de esos tipos bizarros que suelen merodear las estaciones de tren en Alemania. Este, en concreto, se veía normalito. Vestía una camisa y pantalones de sport... y parecía aseado... hasta ahí, todo normal. Pero cuando me he fijado en sus pies... me he fijado en sus PIES. Iba descalzo. En la calle. Sin calcetines, ni historias. Y a mí, eso, no me parece normal. Pero en ese momento ha llegado Marta, y le he perdido de vista, así que hemos bajado dirección café. Bueno, primero me he comprado un estuche y un par de portaminas (me habría bastado con 1, pero los vendían de dos en dos... y total, por un euro...). Y después, sí, nos hemos ido a tomar un café al Starbucks, y hemos estado charlando un rato. Hasta que nos hemos acabado el café, que nos hemos ido a dar un paseo por Bochum. Marta se ha comprado unas zapatillas en una tienda... y yo he fichado algunas botas... A ver, los zapatos que venden son malos... pero baratos... y creo que podré permitirme comprarme unas botas monísimas y super calentitas por unos 20€... aunque solamente me duren este invierno!!!
Y bueno, hoy, la gracia del día con el tren... Lo he perdido por un minuto, otra vez. Estaba poniendo el pie en el primer escalón para subir al andén... y zas... le he escuchado arrancar. Así que nada, me ha tocado darme una vuelta por la estación.
Pero, como siempre, he conseguido llegar a mi destino. Y como he escrito ya... puede que no tenga casa, pero tengo billetes para Polonia... Así que en unos días, me voy a ver a mi hermanita =)