30 oct 2010

Escenarios

El miércoles, en el colegio, fue un día bastante normal. Eso sí, a última hora, tenía clase para ayudar a los chicos que se querían presentar al DELE. Al final, en realidad, no se presenta nadie, pero esas horas en principio las aprovecharemos igualmente, los alumnos que quieran, para hacer clases de conversación, o tratar temas que no vean durante las clases, etc. El miércoles, en concreto, estuve solamente con una de las chicas, Viola, que es de las mejores de la clase (13). Le falta un poco de soltura, es cierto, pero se defiende bastante bien. Después de clase, volví a la residencia y estuve un rato en el ordenador. Ese día, vi que mi hermana se quejaba porque casi toda la gente se iba a ir de viaje durante el fin de semana, así que le dije que se podía venir a Alemania a verme. Y la cosa es que eché un vistazo a los vuelos para esos días, y había uno por 50€, así que me dijo que se lo pensaría. Después, me fui al centro con Sandra y con Mariana, al Bedouin Lounge, un bar que tiene shishas, y estuvimos un rato charlando.
El jueves preveía que iba a ser un día muy light... no tenía clase ni la primera hora (porque los chicos tenían examen), ni la última, porque la profesora se casaba (por segunda vez, esta vez por la iglesia), y la única clase que tenía era otra vez con los del DELE... pero como no habíamos podido organizarnos bien, no sabía qué pasaría. Y bingo, no hubo clase. Una de las chicas solamente quería prepararse el DELE si se presentaba, otro estaba en el examen... así que, con las mismas, me fui. Me pasé por el banco, a preguntar de nuevo el saldo de mi cuenta, y a sacar algo de dinero. Y de momento, no había novedades. Después, me fui a casa, comí, y me fui a clase de alemán. Por la tarde, después de la clase, había quedado con Sandra y con Mariana para bajar al centro y mirar cosas para Halloween. Vamos a ir de algo así como punkies. Lo más gracioso del día fue cuando llegué a casa, me conecté al Facebook, y vi un privado de mi hermana, que se había comprado los billetes, y venía el sábado... ¡genial!.
El viernes, después de clase,  me pasé por la oficina de la residencia, porque quería alargar el contrato (que estaba para seis meses, y quería ampliarlo dos más, hasta el final de mi estancia) y de paso, aproveché y pagué el alquiler. En realidad, podría haberlo hecho el martes, pero tendría que haber bajado a primerísima hora, ya que después tengo clase, y a partir del miércoles estaré en Düsseldorf, en unas jornadas. Así que lo dejé todo solucionado. Lo mejor de todo fue, cuando después de pasarme por la oficina, miré si tenía correo... y tenía. Por fin me ha llegado el pin de mi tarjeta. El único día que no he mirado el buzón antes de salir hacia el colegio... y lo recibo... una lástima, ya que hasta el martes no vuelvo a Holzwickede. Eso sí, espero para entonces haber cobrado. En fin. Después, me acerqué al supermercado, a comprar algo de comida para cuando estuviera Cecilia. Mi intención después era lavarme el pelo y marcharme con las chicas a un restaurante español, a cenar, y a ver un espectáculo de flamenco en un pueblecito al lado de Bochum, Hattingen. El pequeño problema fue que había TAL cantidad de gente, que cuando llegué de nuevo a la residencia, me dio tiempo a cambiarme y poco más. La cena y el espectáculo estuvieron súper bien y el pueblo parece el escenario de una película, precioso, además, estuvimos hablando un rato con la bailaora y el cantaor. Y Aunque no nos pudimos quedar hasta el final (cosas del transporte público en este país). La vuelta a Bochum fue divertidísima, se nos sentó un alemán al lado, y nos hicimos pasar por turistas de inglés macarrónico. Se nos saltaban las lágrimas de la risa.

Y de momento, esto es todo.... ya os contaré qué tal la visita de mi hermana.

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